La Virgen de Montserrat, ¿qué se conserva de la imagen original románica?

La Virgen de Montserrat popularmente conocida como La Moreneta, es una talla policromada románica que responde al modelo iconográfico denominado Sedes sapientae o Trono de la sabiduría y que los expertos la datan del último tercio del siglo XII. Lleva corona sobre un maphorion (velo corto que cubre los hombros) y viste una paenula (sobretúnica abierta a la altura de los brazos y que llega hasta los pies) y una túnica interior . Con su mano derecha sujeta un orbe o Globus Imperii, mientras que mantiene la izquierda cerca del hombro de su Hijo. Lleva un calzado acabado en punta y apoya los pies sobre un cojín dorado. El Hijo esta sentado sobre su regazo, y viste una indumentaria más sencilla que la de su madre. Con la mano derecha realiza el gesto de bendecir, mientras que con la izquierda sujeta una piña a modo de orbe.

A grandes rasgos esta es la descripción de la imagen tal y como la vemos actualmente expuesta al culto dentro de su camarín. Pero hay que tener en cuenta que la Virgen de Montserrat ha sufrido importantes modificaciones des del momento en que fue creada a finales del siglo XII. Estas modificaciones han alterado sustancialmente el aspecto original que presentaba la talla románica.

Nuestra Señora de Montserrat

La corona es un añadido sobre la original románica. Naturalmente la policromía de este añadido tampoco forma parte del original, como tampoco forma parte la del maphorion, que actualmente presenta una coloración que posiblemente fue realizada a principios del siglo XVI. Originariamente este maphorion era de color blanco.

La policromía dorada de la indumentaria tampoco se trata de la original sino que seguramente, corresponde a otro añadido renacentista. Sabemos gracias a una cata abdominal realizada sobre la imagen, que el color original azul en la paenula y rojo.
También durante el periodo renacentista se suprimió el subpedaneum (la peana) original recortando la imagen a lo largo del perímetro del cojín en donde reposan los pies y se embutió la imagen en una nueva de madera de haya. En cuanto al calzado, éste iba ornamentado con un punteado que desapareció durante una intervención realizada en los años 50 del siglo XX.

El color del rostro tampoco es el original aunque este tema, merece ser tratado a parte.

Las manos así como los brazos de la Virgen, son añadidos del siglo XIX. La posición además fue alterada respecto a la que tenían originariamente. Sabemos que la imagen original románica de la Virgen de Montserrat tenía la mano derecha extendida, con la palma de la mano vacía mirando hacia arriba mientras que con la mano izquierda, tocaba el hombro de su Hijo.

En relación al Niño, hay que decir que todo Él es un añadido del siglo XIX. Las intervenciones más drásticas que ha sufrido la Virgen de Montserrat corresponden al siglo XIX y se debieron a los estragos sufridos durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). El 23 de julio de 1811 el ejército francés llegó a Montserrat y los monjes huyeron del monasterio a toda prisa no sin que antes el ermitaño de Sant Dimas Maur Picanyol se llevara la imagen dentro de una caja, para esconderla en un lugar seguro. Maur depositó la caja bajo las escaleras que conducían al huerto de la ermita de Sant Dimas. Dos días más tarde concretamente el 25 de julio, el ejército francés regresó a Montserrat, asesinó a los monjes que aún se hallaban en la montaña y al ermitaño Maur Picanyol. Los franceses permanecieron en el monasterio hasta el mes de octubre y durante este periodo, destruyeron el monasterio renacentista, quemaron los retablos, el mobiliario y el coro. Por si fuera poco, dos soldados franceses dieron con la caja que contenía la Santa Imagen. Intrigados por el contenido, la abrieron y hallaron a la virgen en su interior. Ante tal descubrimiento, decidieron atarle una cuerda alrededor del cuello y dejarla colgada de un árbol. Parece ser que durante la operación, uno de los soldados sufrió un accidente que acabó con su vida y el otro huyó a toda prisa. Cuando finalmente los monjes pudieron regresar al monasterio, se encontraron con el desastre y la imagen al intemperie y empapada por las lluvias que aquel año habían sido especialmente abundantes. Entre enero y febrero de 1812, los mismos monjes restauraron la imagen, aunque desconocemos el alcance de dicha intervención. Aquel mismo año las tropas napoleónicas regresaron a Montserrat y los monjes tuvieron que huir nuevamente llevándose La Moreneta a toda prisa. La noche del 30 al 31 de julio, la tropa francesa dinamitó Montserrat y todo aquello que aún quedaba en pie. No fue hasta tres días más tarde que los monjes pudieron regresar y depositaron la santa imagen en un pequeño oratorio.

Ermita de San Dimas en donde la Santa imagen permaneció oculta por unos meses en 1811. Procedencia de la imagen: P.S. Reseña histórica para un álbum de vista de Montserrat, Barcelona, Imp. Henrich y C.ª, 1896, p. 140

Las vicisitudes no acabaron aquí porque durante el Trienio Liberal (1820-1823) el Crédito Público, confiscó los bienes del monasterio llevándose lo que aún quedaba del tesoro y que se había podido salvar de la invasión francesa. La comunidad de monjes fue disuelta y solo tres de ellos fueron autorizados para acompañar a la Virgen de Montserrat hasta el Ayuntamiento de Barcelona. Como La Moreneta ya no lucía ninguna corona, utilizaron la de la imagen de Montserrat que se veneraba en la calle Portaferrisa pero con tan mala fortuna que como le iba pequeña y a fin de podérsela ajustar, se la clavaron con un clavo. La señal del mismo aún es visible en las radiografías efectuadas en la Santa Imagen.

El 1 de octubre de 1823 cayó el Gobierno Constitucional y La Moreneta pudo regresar al monasterio. Será antes de este esperado regreso, cuando se realizó la intervención más radical sobre la imagen. Lo poco que sabemos nos llega a través del escultor Joan Cuyàs i Sala quien relata que su padre le contó que la restauración se llevó a cabo en el taller de un escultor del Portal de l´Àngel, nº 1 de Barcelona (Plaza Santa Anna). Durante esta drástica intervención se sustituyó completamente la figura del Niño es decir, se eliminó el original románico que debía encontrarse en muy mal estado. Como el orbe que sujetaba se encontraba igualmente muy deteriorado y había ido adoptando progresivamente la forma de una piña, el escultor decidió sustituirlo directamente por la representación de una piña. Los brazos y manos de la Virgen se sustituyeron completamente por otros de nuevos y con una posición diferente de la original. Igualmente se intervino sobre la policromía. Para igualar el color, se repintó la imagen y ambos rostros se pintaron de negro. Por lo tanto y siempre según este relato, hasta 1823 la Virgen de Montserrat si bien ya tenía las carnaciones bastante oscuras, no era completamente negra.

Este era el aspecto con que la Santa Imagen se exponía al culto a finales del siglo XIX. Procedencia de la imagen: P. S. Reseña histórica para un álbum de vistas de Montserrat, Barcelona, Imp. Henrich y C.ª, 1896, p. 100

En 1947 sufrió una nueva intervención esta vez, debida a su nueva ubicación en el trono de plata tal y como podemos verla hoy día expuesta al culto. Para ello se le serró la peana dándole forma curva por la parte frontal con la finalidad de poderla encajar dentro de la urna de cristal. Se aprovechó para retocar la policromía vez sin intervenir en los rostros, solo la del maphorium, la del perímetro de las coronas y el manto. Así pues el trono sobre el que se halla sentada la Virgen es el único elemento de la imagen que aún conserva la policromía original románica. El resto forma parte de posteriores modificaciones del color que no corresponden al último tercio del siglo XII.

Atendiendo a la comparación con otras vírgenes románicas del mismo periodo, se ha generado la polémica en torno a si el rostro de La Moreneta pertenece o no al original o se trata de una substitución posterior. Al respecto diremos que la Virgen de Montserrat fue restaurada y estudiada el año 2001 por el Servei de Restauració de Béns Mobles de la Generalitat de Catalunya. Este estudio permitió confirmar que la cabeza pertenece al original aunque la fisonomía inicial, ha sido alterada. Por ejemplo la nariz ha sido muy retocada. Se pudo igualmente constatar que el broche es también original y presenta paralelos con el de otras vírgenes románicas. Las radiografías efectuadas a la imagen han permitido atestiguar la continuidad entre la cabeza y el cuerpo, poniendo de manifiesto según este estudio, que efectivamente nos hallamos ante el original románico.

Lamentablemente no tenemos documentadas todas las intervenciones ni tampoco el alcance de las mismas. Aún así podemos afirmar a la vista de los datos de los cuales disponemos, que la Virgen de Montserrat ha sufrido importantes cambios a lo largo de su dilatada y accidentada existencia. Estos cambios hay que tenerlos muy presentes a la hora de afrontar un estudio sobre la imagen aunque no cabe duda, de que nos hallamos ante una obra románica de carácter excepcional.

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BIBLIOGRAFÍA

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