Cementerio marinero de l´Escala (1837 – 1854)

El cementiri mariner de l´Escala (Alt Empordà, Girona) también conocido como el cementiri vell (cementerio viejo) o cementiri marí, es un recinto de estilo neoclásico considerado en la actualidad como uno de los ejemplos más paradigmáticos dentro de la tipología de cementerio marinero. Se encuentra emplazado entre las calles del Garbí, del Gregal, de Provençal y calle del Mossèn Salvador Jué y el acceso se realiza por la calle del Gregal.

El actual recinto es el resultado de diversas intervenciones efectuadas a lo largo de los años. El dilatado proceso de transformación hasta alcanzar su fisonomía definitiva ha sido el resultado de la falta de medios económicos necesarios, para financiar su construcción debido a la precariedad de una sociedad cuya economía se basaba principalmente en la pesca y el cultivo de la vid.

Entrada al cementiri mariner o vell en el cruce de las calles del Garbí i del Gregal. La reja de hierro forjado es obra del cerrajero francmasón Francesc Fumadó, quien la realizó entre 1880 y 1884 por lo que todavía no existía cuando el recinto entró en uso en 1837. En 1984 el cementerio marinero de l´Escala fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional

Se conserva abundante documentación relativa al cementerio marinero de l´Escala que gracias a un ingente trabajo de archivo por parte de la historiadora Mercè Vila, ha visto la luz en dos publicaciones: la primera de ellas en 1989 y la segunda, en 1991 (1).

Antecedentes, el cementerio parroquial de Sant Pere de l ´Escala

L´Escala cuenta con tres recintos funerarios. El primero, del que ya no queda rastro, data de 1682 año en que se bendice un campo santo al amparo de la iglesia parroquial de Sant Pere de l´Escala. El segundo, objeto del presente artículo, vino a sustituir al anterior en 1837 y es el que conocemos como cementiri vell o cementiri marí y un tercero, que lo vino a reemplazar en 1970, construido en la carretera de Viladamat GI-623 que es el actual Cementeri Municipal de l´Escala.

Antes de la construcción del cementerio marinero los habitantes de l´Escala eran enterrados en el ya citado cementerio parroquial de la iglesia de Sant Pere, el cual supone el precedente inmediato del cementiri mariner. Este pequeño campo santo construido para responder a las necesidades derivadas de un incremento de población que aún dependía de la villa d´Empúries, estaba constituido por tres pequeños terrenos anexos a la iglesia hoy ocupados por modernas construcciones. De este cementerio no queda vestigio alguno pero sí se conoce su ubicación exacta gracias a la escritura de cesión de los terrenos a favor del Sr. Jaime Serrats i Puig en 1866 (2) .

¿Por qué un nuevo recinto funerario?

Como acabamos de ver, desde 1682 l´Escala contaba con un campo santo situado junto a la iglesia parroquial compuesto por tres pequeñas parcelas de terreno. Si ya existía un cementerio, ¿por qué construir un nuevo recinto que además, se hallaba apartado del núcleo poblacional?. Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta tres cuestiones:

1.- Hasta el siglo XVIII los cadáveres se enterraban en cementerios anexos a las iglesias parroquiales a excepción de los estamentos nobiliarios y eclesiásticos, que eran inhumados en el interior de los templos. Esta costumbre empezó a ser cuestionada por los higienistas del Siglo de las Luces quienes reclamaban alejar a los cementerios de los núcleos de población, por considerar a los cadáveres como el principal origen de los brotes epidémicos. También un sector de la Iglesia se sumó a dicha reclamación expresando su disconformidad a enterrar en el interior de los templos:

(…) los enterramientos dentro de las Iglesias, que son casa de oración, infestaban el ambiente y producían muchas enfermedades y aun epidemias (3).

Siguiendo las corrientes higienistas y tras el brote epidémico de 1781 que tuvo lugar en la Villa del Pasaje (Guipúzcoa), Carlos III promulga la Real Cédula del 3 abril de 1787 la cual y por razones de salud pública, ordena la construcción de nuevos cementerios alejados de los núcleos de población y en espacios bien ventilados. Las disposiciones recogidas en la Cédula más otras que se dictarán con posterioridad, dieron lugar a la lenta, difícil y progresiva secularización de los cementerios. De entre los primeros municipios de Girona en acogerse a la nueva legislación se encontraba Torroella de Montgrí (1817), Palafrugell (1816), Figueres (1817) y Girona (1809) (4).

2.- Otra cuestión que justificaría la construcción de un nuevo recinto funerario en l´Escala tiene que ver con el aumento de población y defunciones que experimentó el municipio durante el siglo XVIII. El reducido cementerio parroquial de Sant Pere era insuficiente para albergar el creciente número de cadáveres.

3.- Y por último pero no por ello menos importante, la epidemia de malaria que 1836 azotó el municipio e hizo necesario un nuevo recinto funerario ubicado a las afueras de la población (5).

Cuando el cementiri vell era el cementiri nou

La elección de un emplazamiento adecuado para ubicar un nuevo cementerio no era tarea fácil. En primer lugar había que contar con una terreno disponible y cuya capacidad permitiera dar cabida a todas las inhumaciones. Además debía estar lo suficientemente alejado de la población y ser apto como cementerio eso es, que no implicara un peligro para la salud pública. La composición del terreno debía facilitar la descomposición cadavérica siendo la más favorable aquella constituida por arcilla, caliza o arena fina que mezclada conveniente con arena gruesa, convierte el terreno en un suelo poco permeable (6). Además el suelo no debía contener corrientes subterráneas, aguas que potencialmente pudieran filtrarse y acabar en pozos o riegos de cultivo. La orientación del recinto también era fundamental. Esta debía ser tal que los vientos predominantes no pudieran alcanzar la población y evitar así la propagación de las miasmas.

El cementerio marinero de l´Escala se ubicó alejado de la población, en unos terrenos conocidos como els Estenedors (7), situados al sur, con predominio de viento norte y con unas características del terreno que lo hacían favorable para su fin gracias a su composición sílico caliza (8).

El nuevo recinto entró en funcionamiento en 1837 aunque las partidas de defunción no dan fe de ello hasta catorce años más tarde. En efecto, en 1837 las partidas de defunciones registran que los entierros se llevan a cabo aún en el cementerio parroquial de Sant Pere de l´Escala. Desde 1838 hasta noviembre de 1851 no consta en qué recinto se inhuma, ya que el párroco solo indica mando dar sepultura pero sin especificar en dónde (9). Habrá que esperar hasta el 6 de noviembre de 1851 para encontrar la primera partida de defunción que cita el cementerio marinero como lugar de inhumación y que además, lo califica ya como cementerio público:

fue sepultado su cadáver en el cementerio público de esta Villa (10).

A pesar de este silencio registral sabemos que el cementerio marinero entró en funcionamiento en 1837 y que este mismo año, dejó de utilizarse el cementerio parroquial. Este hecho nos lo atestigua un documento fechado el 22 de enero de 1864 y que se conserva en el Arxiu Diocesà de Girona, en el que el sacerdote Jayme March Pbro., a falta de medios económicos del Ayuntamiento, solicita fondos al Vicario General para trasladar los restos que aún quedaban en el cementerio parroquial que se encontraba en desuso desde 1837, porque ya existía un nuevo recinto fuera de la población (11):

En atención de hallarse casi derribados los muros del Cementerio antiguo de la Villa de la Escala, el que desde el año 1837 esta inutilizado por haberse establecido otro fuera de la población (12)

Si en 1837 las partidas de defunción aún registran los entierros en el cementerio parroquial pero un documento afirma que éste está inutilizado desde 1837, ¿cómo conciliar esta aparente contradicción? La respuesta podría hallarse en considerar el año 1837 como un año de transición en el que progresivamente se deja de enterrar en el cementerio de Sant Pere, para empezar a hacerlo en el cementerio nuevo.

Aún y en relación a su entrada en funcionamiento, cabe mencionar una lápida situada en el suelo y a la derecha de la capilla que data de 1835. En ella podemos leer:

aqui descansan los restos de la Dª Tere(sa?) Arnaiz y Vives solter(a?) de edad 80 años murió a los (?) 8 de NOBrre de 1835

Esta lápida podría sugerir que el cementerio entró en uso en 1835 y no en 1837 pero como observa Mercè Vila, la lápida podría haber sido traslada desde el cementerio parroquial en donde sabemos que en 1835, aún se llevaban a cabo las inhumaciones. Sobre el hipotético traslado de la lápida de Dª Teresa Arnaiz y Vives, Mercè Vila refiere a que el 5 de junio de 1892 al Sr. Juan Juli i Torrent se le concedió autorización para trasladar al cementerio nuevo (marinero) una lápida de su propiedad que se encontraba en el cementerio parroquial, concretamente en el patio contiguo a la parte sur de la iglesia. Vila plantea la posibilidad de que se trate de la lápida de 1835 (13).

Cementerio en despoblado

¿Cómo era este cementerio cuando se inauguró en 1837? Sabemos que era de planta rectangular y que esta planta se corresponde a lo que actualmente es el sector situado al fondo del recinto, donde se encuentra la capilla. Podemos realizar el trazado perimentral recorriendo parte de la calle Gregal, toda la calle Provençal, parte de la calle del Mossèn Salvador Jué y finalizar recorriendo la parte posterior de los nichos que discurren paralelos a la calle del Garbí.

La documentación nos informa de que cuando entró en uso, el recinto no contaba ni con muros de cierre ni con nichos, tan solo se trataba de una extensión de terreno abierto en despoblado, y en donde las inhumaciones se realizaban bajo tierra.

Cementerio marino de l´Escala. En la foto espacio comprendido entre la calle Provençal y calle del Mossèn Salvador Jué. Esta área, situada al fondo del actual recinto, corresponde a la parte más antigua del cementerio. En la actualidad los bloques de apartamentos y nuevas construcciones desvirtúan el cementerio que en el siglo XIX y hasta el boom turístico, se hallaba plenamente integrado en un paisaje típicamente mediterráneo.
Vista parcial correspondiente al primer núcleo funerario esto es, al cementerio inaugurado en 1837. Hay que imaginarlo sin nichos ni muros de cierre, tan solo un terreno abierto en despoblado en el que las inhumaciones se llevaban a cabo bajo tierra. En la foto vemos parte de la calle del Mossèn Salvador Jué y muros interiores encalados, paralelos a la calle del Garbí, que encierran las estrechas calles de nichos

Muros de cierre perimetral

Existe constancia documental de que en 1854 el nuevo cementerio todavía seguía sin muros perimetrales de cierre. Cabe destacar la importante función que cumplen estas estructuras como la de dificultar los posibles hurtos, actos vandálicos e impedir la entrada de animales en el área de inhumación. Los muros de cierre establecen una frontera física entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. En el caso de l´Escala esta frontera tardará años en materializarse debido a la falta de medios económicos necesarios para su financiación.

Veamos brevemente lo que establecía la legislación en materia de financiación de los nuevos recintos funerarios. La Real Cédula de 1787 disponía que la construcción debía realizarse con el menor coste posible y la financiación, corría a cargo de la Fábrica de las Iglesias. En el caso de que aún faltasen medios, lo restante se obtendría del prorrateo entre Diezmos, Reales Tercias, Excusados y Fondo Pío de Pobres y fondos públicos. En la práctica las iglesias se desentendieron del asunto. Por ello en 1831 se promulga la Real Orden del 20 febrero que insiste en lo establecido con anterioridad. Y aún otra Real Orden del 14 novimbre de 1832, persiste en este punto (14).

Al año siguiente otra Real Orden, del 2 junio de 1833, sigue insistiendo en que la financiación de los nuevos cementerios debe correr a cargo de las fábricas de las iglesias por estar obligados a ello (15). Pero realmente quienes acabaron por asumir el coste de las nuevas construcciones fueron los propios ayuntamientos. La falta de fondos para financiar las obras del cementerio marinero fue un problema constante que el Ayuntamiento de l´Escala tuvo que afrontar, con el correspondiente atraso del proyecto que acabó por alargarse excesivamente en el tiempo.

Efectivamente, la primera mención sobre la intención de cerrar perimetralmente el recinto no se documenta hasta 1854, diecisiete años después de su entrada en funcionamiento. Esta mención se encuentra recogida en las Actas del Ayuntamiento y coincide con la primera aparición del cementerio marinero en dichas actas (16). La Alcaldia Constitucional de Ampurias y La Escala se dirige al muy Iltre. Presidente de la Junta de Gobierno de la provincia de Gerona, con el propósito de obtener los fondos necesarios destinados al cierre del recinto (17). Con esta petición se inicia un largo y arduo camino que finalizará muchos años después, y que será abordado en un futuro post.

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Como citar:

ALABERN, GÓMEZ, Mercè. (24 de junio de 2023). Cementerio marinero de l´Escala (1837 – 1854). Fenix-art. https://fenix-art.com/2023/06/17/cementerio-marinero-de-lescala-1837-1854/

Referencias

(1) VILA, Mercè. «Els cementiris de l´Escala: 3 segles d´enterraments» en Fulls d´Història Local, l´Escala, Serveis de Publicacions de l´Ajuntament de l´Escala, Departament de Benestar i Cultura Social, Arxiu Municipal, Centre d´Estudis Escalencs, 1989 y VILA, Mercè. «El cementiri vell. Allò que ens conten els Arxius» en Monografies Locals nº 1, l´Escala, Ajuntament de L´Escala, 1991

(2) VILA, Mercè. «Els cementiris de l´Escala…», op. cit., p. 62-63 y VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 20-21-23

(3) A.H.N. Memorial ajustado del Expediente seguido en el Consejo, en virtud de orden de S.M. de 24 de marzo de 1781 sobre establecimiento general de cementerios, Ibarra, Madrid, 1786, fol. 8. Texto recogido en BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura Funeraria. Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787 – 1936), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1998, p. 21

(4) GRAU i  FERRANDO, Dolors. Cementiris i sepelis, (Quaderns de la Revista Girona nº 103), Sèrie, Guies nº 42, Girona, Diputació de Girona, Caixa de Girona, 2002 p. 31 – 32

(5) La epidemia de malaria de 1836 se atribuyó al cultivo del arroz y acabó con la quinta parte de la población . En 1837 se prohibió su cultivo que no se reanudará hasta 1909 cuando Pere Coll i Rigau, indiano de Torroella de Montgrí, obtendrá permiso a condición de adoptar las medidas necesarias para evitar el estancamiento del agua. VVAA. El Cementiri Mariner. Viu el patrimoni de l´Escala, l´Escala, Ajuntament de l´Escala, 2018, p. 22

(6) D. José Suarez, ingeniero, a propósito de la ubicación del cementerio de Ovideo. BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura …, op. cit., p. 68

(7) VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 7

(8)VILA; Mercè. «Els cementiris de l´Escala…»,op. cit., p. 66

(9) Ibidem, p. 64

(10) Ibidem, p. 64

(11) VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 14

(12) Ibidem, p. 15

(13) VILA; Mercè. «Els cementiris de l´Escala…», op. cit., p. 64

(14) BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura …, op.cit., p. 32

(15) Ibidem, p. 33

(16) VILA, Mercè. «Els cementiris de l´Escala…», op. cit., p. 65-66

(17) VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 14 – 15

BIBLIOGRAFÍA

BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura Funeraria. Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787 – 1936), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1998

GRAU i  FERRANDO, Dolors. Cementiris i sepelis, (Quaderns de la Revista Girona nº 103), Sèrie, Guies nº 42, Girona, Diputació de Girona, Caixa de Girona, 2002

VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala: 3 segles d´enterraments» en Fulls d´Història Local, L´Escala, Serveis de Publicacions de l´Ajuntament de l´Escala, Departament de Benestar i Cultura Social, Arxiu Municipal, Centre d´Estudis Escalencs, 1989

VILA, Mercè. «El cementiri vell. Allò que ens conten els Arxius» en Monografies Locals nº 1, l´Escala, Ajuntament de L´Escala, 1991

VVAA. El Cementiri Mariner. Viu el patrimoni de l´Escala, l´Escala, Ajuntament de l´Escala, 2018