L´Escala. Cementerio parroquial de Sant Pere

L´Escala, municipio situado en la comarca de l´Alt Empordà (Girona), se originó en el siglo XVI cuando surgió como puerto de pesca bajo la dependencia de la villa d´Empuries, dependencia que finalizará en 1766 al constituirse como municipio independiente debido al notable crecimiento demográfico. Ubicada en un paraje privilegiado a orillas del Mediterráneo, l´Escala contaba con una economía basada en la pesca sobre todo en la elaboración y comercio de la salazón de la anchoa, y en el cultivo de la vid hasta que el boom turístico de los años 60 del siglo XX, transformó el municipio en un solicitado destino vacacional.

Precedentes de los cementerios parroquiales

Para abordar los precedentes de los antiguos cementerios parroquiales es necesario remontarse a la Antigüedad clásica y a la Época paleocristiana cuando los difuntos eran inhumados en espacios situados fuera de los núcleos de población. Así lo dictaminaba el dogma de religión, la legislación civil y los Primeros Padres de la Iglesia. Los entierros fuera de los espacios urbanizados fue el lugar elegido por mártires y santos (1).

El cambio de tendencia empieza a producirse a partir del siglo IV cuando la población desea enterrarse cerca de los martyria (2) para obtener las ventajas espirituales y protectoras que suponía la proximidad con un mártir o santo ya que ambos, no precisaban someterse al Juicio Final para alcanzar Paraíso. Con el tiempo sobre los martyria se edificarán basílicas destinadas a peregrinos y creyentes. Es en este punto cuando dan dos circunstancias. Por un lado el crecimiento de estos espacios de inhumación y por otro, la expansión de las poblaciones cercanas a estos centros de culto, que acabarán por absorberlos. Este proceso dará lugar al nacimiento de los cementerios parroquiales, espacios de inhumación intramuros o sea, dentro de las murallas y al amparo de un templo. Los enterramientos tienen lugar dentro del mismo núcleo de población. Estos cementerios contaban con una fuerte jerarquización espacial. La mayoría de la población se enterraba en el exterior y solo al estamento nobiliario o eclesiástico se le permitía un entierro dentro de la iglesia. Los recintos funerarios funcionan como reflejo de la sociedad a la que pertenecen y en una sociedad feudal, fuertemente jerarquizada, los cementerios parroquiales experimentan la misma tendencia.

L´Escala, los primeros centros de inhumación

L´Escala desarrolló el mismo modelo que se acaba de exponer. En Empúries y durante la ocupación romana existía un centro inhumación cercano a las murallas o caminos de entrada, siempre a extramuros (3). Así mismo se documentan inhumaciones junto a una capilla funeraria construida sobre unas antiguas termas, en la neápolis de Empúries la cual perteneció a un personaje importante dentro de la comunidad cristiana del siglo IV (4). Se han localizado necrópolis en la carretrea de Sant Martí d´Empúries, junto a la iglesia de Santa Margarida, en Vilarena y en Sant Martí (5). En Antiguedad tardía se realizaron entierros al amparo de las iglesias de Santa Margarida y de Santa Magdalena cuyo origen se encuentra en un mausoleo del siglo V (6).

En siglo XVI se construyó la actual iglesia de Sant Martí d´Empúries con un cementerio annexo. Esta edificación sustituye a un templo anterior en donde ya se enterraba al menos desde la segunda mitad del siglo IV.

Església de Sant Martí d´Empúries
Iglesia de Sant Martí d´Empúries junto al pequeño cementerio parroquial. Procedencia de la imagen http://www.parroquiaempuries.org/ca/node/114

El cementerio parroquial de Sant Pere de L´Escala

Acabamos de ver diferentes localizaciones en donde se documentan centros de inhumación anteriores a la existencia del cementerio parroquial de la iglesia de Sat Pere de l´Escala (7). Recordemos que en esta época l´Escala no es todavía un municipio independiente sinó que se halla bajo el dominio de la villa d´ Empúries. No será hasta inicios de la segunda mitad del siglo XVIII cuando podremos hablar de villa independiente. Aun así en el siglo XVI se constituye un pequeño núcleo de habitantes en la zona portuaria. En 1680 este núcleo consta de ochenta vecinos que solicitan a la condesa de Empúries Catalina de Aragón Folch de Cardona, la construcción de una iglesia. La condesa accede a la petición y cede unas tierras de su propiedad, otorgando licencia a los habitantes del Puerto de l´Escala a construir su iglesia.

El documento de cesión datado del 1680 menciona la construcción de un cementerio anexo a la iglesia:

(…) y suplicando sea servida de concederles licencia para hacer la dicha Iglesia con ciminterio de sesenta varas de largo y treinta de ancho, en el d(ic)ho sitio del Port, a la parte de Oriente, Mediodia y Tramontana, en la restante tierra mia de la parte de Poniente, en la calle que llaman de Torruella de Montgri… (8).

El 19 mayo de 1682 se bendicie el campo santo con licencia del obispo de Girona. A partir de entonces se podrán realizar las primeras inhumaciones a cargo del sacristán de la parroquial de Sant Martí d´Empúries y primer rector de Sant Pere de l´Escala Rafael Matheu:

Dimarts, als dinou de maig de mil-sis-cents-vuytanta-dos, dic 19 de maig de 1682, jo Rafael Matheu prés. y sacrista de la esglesia parroquial de Sant Marti de Ampurias y vuy pr. recthor de la esglesia parroquial de Sant Pera de la Escala de Ampurias he beneit lo sementiri de dita esglesia ab llicencia del IIm. Senyor Dr. Emer Thomàs Auter, bisbe de Girona (9).

Primer entierro anotado en el obituario corresponde a Pere Albert de profesión barrilero, quien fue inhumado por el mencionado rector Rafael Matheu:

en lo Sementiri de la Esglesia Parroquial de Sant Pera de la Escala de Ampurias fou enterrat Pera Albert, barriler, habitant en dita parroquia. ha rebut tots els Sacraments de la Santa Mare Església que en tal cas deu rebre tot xpia. ço és lo Sant sacrament de Penitència, lo Santissim Sacrament de Eucaristia i lo Sant Sacrament de Extremaunció, no ha fet testament, en lo seu enterrament tant solament han intervingut dos curats. S´han fetes les Honres. Per a mi Rafael Matheu, près. rector (10).

Gracias a un plano de 1863 trazado por el maestro de obras de la Bisbal D. José Puig, conocemos la ubicación del cementerio parroquial. Por otro lado contamos con la documentación de 1866 relativa a la venta de una parte de los terrenos del viejo campo santo (11). En realidad éste se componía de tres parcelas adjuntas a la parte frontal de la iglesia y a ambos lados de la misma.

El primer terreno se hallaba en Calle Mayor. Con una extensión de 3.120 palmos de superficie cuadrada, limitaba por oriente con la Calle de Santa Màxima, por el sur con la casa y patio de Juan Corderch, por poniente con la Calle Mayor y por el norte con la Plaza Constitución.

En la actualidad podemos trazar los límites de este primer terreno que quedaría comprendido entre la calle Enric Serra nº 25, 26, 27, calle Pintor Serra nº 29 (límite sur), Plaça de l´Església y calle de Santa Màxima nº 30

El segundo terreno contaba con una extensión de 4.864 palmos de superficie cuadrada. Lindaba por oriente con la calle de Santa Màxima, por el sur con la Plaza Constitución, por poniente con la calle Mayor y por el norte con un callejón sin nombre.

Como en el caso anterior podemos trazar sus límites. Actualmente se corresponde con el edificio situado entre la Calle Pintor Pere Serra nº 23, Calle Moreneta nº 2, Calle de Santa Màxima y Plaza de l´esglesia.

El tercer terreno limitaba por oriente con calle del Medio, por el sur con un callejón sin nombre, por poniente con calle de Santa Màxima y por el norte con otro callejón sin nombre. Ocupaba una superficie de 2.760 palmos cuadrados (12).

Hoy día se localiza en la calle de la Moreneta nº 4, calle de Santa Màxima, calle del Mig y Plaza de l´Església. Aclaramos que la actual calle de la Moreneta no tenía nombre como tampoco lo tenía el callejón que discurre paralelo a la actual plaza de l´Església (plaza esglesia nº 1), y que hoy forma parte de la misma plaza hasta alcanzar el carrer del Mig.

El problema de salubridad en los cementerios parroquiales como origen de su lenta y progresiva desaparición. La teoría miasmática

Las inhumaciones en los cementerios parroquiales quedaban bajo tutela de la Iglesia y regulados por concilios. Los problemas sanitarios y de higiene derivados por este tipo de enterramientos provocaron el rechazo de las corrientes higienistas e incluso por un sector de la misma Iglesia. Los cuerpos quedaban mal sepultados y acababan por aflorar a la superficie, la descomposición cadavérica, las miasmas, creaban ambientes contaminados alrededor y dentro de las mismas iglesias y por consiguiente, en el interior de las poblaciones. Progresivamente las epidemias dejaron de interpretarse como castigos divinos para convertirse en el fatal desenlace provocado por los efluvios tóxicos. Los racionalistas ilustrados atribuyeron a los cementerios parroquiales ser el origen de los brotes epidémicos de acuerdo con la teoría miasmática según la cual las emanaciones fétidas procedentes de la materia orgánica en descomposición, eran las responsables de las enfermedades.

Las primeras voces contrarias a la continuidad de los cementerios parroquiales se alzaron en Francia. En 1769 Luis XVI prohíbe los entierros en el cementerio de Les Innocens alegando razones de salud pública y ordena construir un nuevo recinto a extramuros de París. Italia seguirá la misma tendencia. En España la situación ya había sido denunciada por párrocos militares y médicos aunque fue la epidemia de cólera de 1781 que tuvo lugar en la villa de los Pasajes (Guipúzcoa), la que precipitó los acontecimientos. Con todo, existía una fuerte controversia al respecto. Entre los detractores se encontraba la Real Academia de Historia y Real Academia Médica Matritense, seguidoras ambas de la corriente miasmática (13). Los defensores de seguir manteniendo los cementerios parroquiales alegaban que se trataba de una costumbre fuertemente arraigada. En general se generó una fuerte resistencia a abandonar las inhumaciones dentro de los cementerios parroquiales ya que al localizarse al amparo de un centro religioso, los allí enterrados gozaban de ventajas espirituales y profilácticas. Además la Iglesia cobraba por enterrar dentro de los templos y ello sin olvidar las donaciones, venta y alquiler de sepulturas que suponían un medio de sustento para la parroquia. Alegaba además falta de medios para construir cementerios extramuros. En cuanto a la nobleza, acabar con los cementerios parroquiales suponía poner fin a una parte de sus privilegios.

En pleno debate sobre la necesidad de trasladar los cementerios fuera de las poblaciones, se inica la construcción en 1785 y a extramuros del Real Sitio de San Ildefonso al que seguirá el cementerio de Cartagena, Antequera, El Pardo, Yévennes de San Juan, Sisante y Lucena (14). Para la autora Carmen Bermejo estas iniciativas son el resultado del pensamiento ilustrado, del progreso científico de finales XVIII dirigido a mejorar la calidad del vida de los ciudadanos (15).

La Real Cédula de Carlos III de 1787

En 1786 los Fiscales del Consejo por encargo de monarca Carlos III, emitieron el informe Memorial Ajustado del expediente seguido en el Consejo en virtud de Orden de S.M. de 24 de marzo de 1781 sobre el establecimiento general de Cementerios, como salida al conflicto generado por las emanaciones tóxicas y en sintonía con la corriente ilustrada de Francia, Inglaterra y Alemania en cuanto a la construcción de cementerios civiles. Este memorial será el punto de partida de la Real Cédula de 3 abril de 1787 según la cual :

Se haràn los Cementerios fuera de las Poblaciones siempre que no hubiere dificultad invencible ò grandes anchuras dentro de ellas, en sitios ventilados è inmediatos a las Parroquias, y distantes de las casas de los vecinos: y se aprovecharàn para Capillas de los mismos Cementerios las Ermitas que existan fuera de los Pueblos, como se ha empezado à practicar en algunos con buen suceso.

A pesar de Real Cédula de 1787, los cementerios parroquiales se mantendrán en activo lo que obligará a seguir legislando continuamente en esta materia. A lo largo del siglo XIX se promulgarán diversas órdenes que toparán de frente con la oposición de la Iglesia que se negará rotundamente a renunciar a la hegemonía que había ejercido hasta el momento, y a una nobleza que se opondrá a renunciar a sus privilegios en materia de entierros.

El cementiri mariner pone fin al cementiri parroquial de Sant Pere

La construcción de un nuevo cementerio en l´Escala respondía a las disposiciones de la Real Cédula de 1787 de Carlos III y a las sucesivas órdenes dictadas sobre la misma materia y que insistían en que por razones de higiene, los recintos funerarios debían construirse alejados de las poblaciones y en espacios bien ventilados. Muy lentamente asistiremos a la secularización de los cementerios . Entre los primeros municipios de Girona en acogerse a la nueva legislación se encontraba Torroella de Montgrí (1817), Palafrugell (1816), Figueres (1817) y Girona (1809) (16).

Hasta 1837 las partidas de defunciones de l´Escala dan fe que los entierros se llevan a cabo aún en el cementerio parroquial de Sant Pere. Entre 1838 y 1851 no se especifica el recinto ya que el rector solo constata el hecho de que mando dar sepultura (17). No será hasta el 6 de noviembre de 1851 cuando nos encontramos frente a la primera partida de defunción que cita el cementerio marinero:

fue sepultado su cadáver en el cementerio público de esta Villa (18)

Cementerio abandonado

Aunque no fue hasta 1851 cuando se registra en el obituario que los entierros se llevan a cabo en el cementiri mariner, desde 1837 ya no se utilizaba el recinto parroquial. Este dato lo conocemos gracias a un documento de 1864 rescatado por Mercè Vila y que se conserva en l´ Arxiu Diocesà de Girona, en el que el sacerdote Jayme March Pbro. a falta de medios económicos del Ayuntamiento, solicita fondos al vicario General de la Diócesis de Girona para trasladar la monda al cementerio marireno. Especifica que se halla en desuso desde 1837 al existir un nuevo recinto fuera de la población (19). Este documento además nos informa del estado en que se hallaba el cementerio parroquial de Sant Pere:

En atención de hallarse casi derribados los muros del Cementerio antiguo de la Villa de la Escala, el que desde el año 1837 esta inutilizado por haberse establecido otro fuera de la poblacion, y viendo con gran sentimiento que sirve de pasto a los animales; para acabar con semejante profanación acudí con el Ayuntamiento de la predicha Villa á fin de que me suministrase los fondos convenientes para trasladar los restos humanos y toda la tierra del mismo al nuevo, á cuya insinuacion me respondio que no podia satisfacer mis buenos deseos por carecer del metalico necesario (20)

El panorama que mostraba el recinto parroquial debía ser desolador: con sus muros casi derribados, los animales pastando libremente en su interior, sin actividad desde 1837 y con restos humanos pendientes de exhumar y trasladar al nuevo cementerio (21). Acerca de esta cuestión, el traslado de la monda, la falta de medios económicos para llevarlo a cabo se había convertido en un problema para el Ayuntamiento de l´Escala. El 6 de abril de 1863 el alcalde comunica al Consistori que el Gobernador Civil de la Provincia y el Obispo, autorizan el traslado de los restos que aún permanecen inhumados en el cementerio parroquial. El 3 de mayo se notifica al Consistori que se va a llevar a cabo el traslado (22). Pero aunque se cuente con las autorizaciones pertinentes por parte de las autoridades competentes, la realidad era que no había fondos para el traslado de los restos y la tierra del cementerio parroquial al cementerio marinero. Como solución el Consistori y el Rector deciden solicitar al Gobernador D. José de Urbiztondo y al Obispo de Girona Constantino Opo, la posibilidad de vender el terreno a un vecino de l´Escala a cambio de que éste, se comprometa al traslado de la monda y la tierra al nuevo cementerio. Otra vez sale a relucir el asunto de los animales que sin muros de cierre, entran y salen del campo santo a sus anchas.

en atencion de hallarse abandonado sin consideracion a los restos mortales que contiene, y carecer de los recursos necesarios la Municipalidad no solo para cerrarlo para que no entren animales, sino mucho menos para trasladarlo todo al nuevo; pero que habiendo un sujeto en esta Villa que cediendo parte del terreno que ocupa dicho Cementerio se obliga a trasladar a costa suya toda la tierre y restos mortales… (23)

Tanto el Rector y el Gobernador dan su conformidad y el 7 febrero 1864, el Consistori y el mismo Rector, venden a D. Jayme Serrats i Puig los terrenos del antiguo cementerio parroquial a condición de que en un máximo de cinco meses, el Sr. Serrats traslade la tierra y los restos humanos al cementerio marinero y deje el terreno al mismo nivel que el de la Plaça de la Constitució (actual Plaça de l´Ajuntament) y que el de la entrada de la iglesia (24). Esta operación de compra-venta ya había sido nombrada en este post al citar el documento relativo a la ubicación exacta del cementerio parroquial. La cesión y firma del contrato se lleva a cabo el 7 de febrero pero la venta, ratificación y escritura, no se realizan hasta pasados dos años (25).

Con el tiempo se verá que el Sr. Serrats no parecía tener ninguna prisa ya que en 1867, aún no ha derribado los muros que quedaban en pie, ni había nivelado el terreno, ni exhumado los restos (26). Visto el panorama el 8 diciembre de 1867 el Ayuntamiento convoca a los miembros del Consistori que formalizaron la venta, con el fin de encontrar una estrategia que oblige al Sr. Serrats a cumplir lo acordado. La convocatoria acuerda traspasar el asunto al Gobernador Civil para que resuelva el caso. Desafortunadamente no queda constancia documental sobre cuáles fueron las medidas adoptadas por el Gobernador, si es que finalmente se pronunció sobre el tema (27).

Adoptara las medidas que adoptara no contamos con más noticias hasta 1872, cuando el Sr. Serrats aparece de nuevo en la documentación a propósito de un presupuesto sobre una pared y puerta para cerrar el cementerio de los forasteros, que se hallaba en la parte sur de la iglesia. La autora Mercè Vila sospecha que este cementerio podría tratarse de una parte del recinto parroquial que no había sido vendida al Sr. Serrats en 1864 (28). Aprobado el presupuesto las obras corren a cargo de Jayme Serrats a condición, de convertirse en propietario del cementerio de los forasteros por un periodo de seis años y medio transcurridos los cuales, la propiedad regresará al Ayuntamiento (29). En cuanto al traslado de la monda, en 1872 todavía está pendiente pero el Ayuntamiento de l´Escala decide desvincularse del asunto porque considera que la responsabilidad recae en el Sr. Serrats.

A partir de 1872 no hallo más noticias referentes al cementerio parroquial entre la documentación de archivo rescatada y publicada por la autora Mercè Vila pero cabe suponer, que finalmente se procedió al traslado de los restos y la tierra al nuevo cementerio. Con el nacimiento de los recintos funerarios emplazados fuera de los núcleos poblacionales, los terrenos antes ocupados por los viejos cementerios parroquiales se transforman progresivamente en zonas urbanizables y en plazas situadas junto a las iglesias y l´Escala no será una excepción. Antes de convertirse en espacios públicos era necesario exhumar los restos y trasladar la tierra. No olvidemos que se trata de tierra sagrada, consagrada, y situada dentro de les sagreres. No en vano los cementerios reciben el nombre de campo santo.

Artículo registrado en Safe Creative Commons Attribution-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0)Esta licencia autoriza la utilización íntegra del texto sin fines comerciales ni modificaciones y citando siempre la autoría (Mercè Alabern Gómez) . La imagen de la Iglesia de Sant Martí d´Empúries , queda excluída de dicha licencia

Referencias

(1) BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura Funeraria. Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787 – 1936), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1998, p. 18

(2) Martyria: edificación construida sobre el lugar de inhumación de un santo o mártir

(3) VV.AA. El cementiri mariner, l´Escala, Ajuntament de l´Escala, 2018, p. 16

(4) Ibidem, p. 17 y 18

(5) Ibidem, p. 18

(6) Ibidem, p. 18

(7) No se puede abordar el tema de los recintos funerarios de l´Escala sin mencionar el ingente trabajo archivístico de Mercè Vila (ver bibliografía) y agradecer al Ajuntament de l´Escala su implicación por darlo a conocer divulgando así su rico patrimonio cultural

(8) VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala: 3 segles d´enterraments» en Fulls d´Història Local, L´Escala, Serveis de Publicacions de l´Ajuntament de L´Escala, Departament de Benestar i Cultura Social, Arxiu Municipal, Centre d´Estudis Escalencs, 1989, p. 62. Una reproducción del documento original de cesión puede verse en VILA, Mercè. «El cementiri vell. Allò que ens conten els Arxius» en Monografies Locals nº 1, L´Escala, Ajuntament de L´Escala, 1991, p. 12

(9) VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala…», op. cit., p. 62

(10) Ibidem, p. 62

(11) Para un plano de ubicación del cementerio parroquial realizado por Benjamí Bofarull ver VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 22 y VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala…», op. cit., p. 63

(12) VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala…», op. cit., p. 63

(13) BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura Funeraria…, op. cit., p. 23

(14) Ibidem, p. 25

(15) Ibidem, p. 25

(16) GRAU i  FERRANDO, Dolors. Cementiris i sepelis, (Quaderns de la Revista Girona nº 103. Sèrie, Guies nº 42, Girona, Diputació de Girona, Caixa de Girona, 2002 p. 31 – 32

(17) VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala…», op. cit., p. 64

(18) Ibidem, p. 64

(19) VILA, Mercè. «El cementiri vell…», op. cit., p. 14

(20) Ibidem, p. 15

(21) Ibidem, p. 14 y 15

(22) Ibidem, p. 20

(23) Ibidem, p. 22

(24) Ibidem, p. 22

(25) Ibidem, p. 22

(26) Ibidem, p. 23 y 26

(27) Ibidem, p. 23 y 26

(28) Ibidem, p. 26

(29) Ibidem, p. 26

BIBLIOGRAFÍA

BERMEJO LORENZO, Carmen. Arte y Arquitectura Funeraria. Los cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787 – 1936), Oviedo, Universidad de Oviedo, 1998

BOIX, Lurdes; ROURA, Lluís. L´Escala. Imatges de tres segles, Ajuntament de L´Escala, Diputació de Girona, 2002

GRAU i  FERRANDO, Dolors. Cementiris i sepelis, (Quaderns de la Revista Girona nº 103. Sèrie, Guies nº 42, Girona, Diputació de Girona, Caixa de Girona, 2002

VILA, Mercè. «El cementiri vell. Allò que ens conten els Arxius» en Monografies Locals nº 1, L´Escala, Ajuntament de L´Escala, 1991

VILA; Mercè. «Els cementiris de L´Escala: 3 segles d´enterraments» en Fulls d´Història Local, L´Escala, Serveis de Publicacions de l´Ajuntament de L´Escala, Departament de Benestar i Cultura Social, Arxiu Municipal, Centre d´Estudis Escalencs, 1989 

VV.AA. El cementiri mariner, l´Escala, Ajuntament de l´Escala, 2018

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