El kimono como expresión de un código social. Las geishas y el lenguaje visual del kimono

Introducción

Si bien el tema de este artículo es objeto de estudio por parte de la Antropología más que por la Historia del Arte, considero el kimono como una obra de arte en sí misma y desde este punto de vista, su inclusión en este blog queda justificada. En el post El kimono: entre la tradición y la modernidad se trataron aspectos relacionados con la historia y tipologías de esta prenda tradicional japonesa. La presente entrada se centra en cómo es vestida por uno de los pocos colectivos que aún lo usa habitualmente y que además, se halla vinculado al mundo de las artes: las geishas. Deseo aclarar que se trata de un post de carácter general. El mundo de la flor y el sauce (expresión utilizada para referirse al mundo de las geishas), es complejo y aunque se pueden establecer características generales, existen tantas particularidades que por su extensión, merecerían ser tratadas aparte. Pero como punto de partida general podemos decir que lo que marca la diferencia entre cómo los diversos colectivos llevan el kimono, no tiene tanto que ver con la prenda en sí sino en cómo lo visten.

Cuando me dispuse a abordar un artículo sobre el lenguaje visual del kimono centrado en el mundo de las geishas, me di cuenta de la enorme complejidad del tema. Este ha sido sin lugar a dudas el post que más me ha costado escribir hasta ahora ya que he tenido que sintetizar mucha información que a veces era confusa y además, se trata de un artículo de carácter general con la particularidad de que el lenguaje del kimono en el mundo de las geishas, está lleno de singularidades. Una vez redactado el texto, solicité a la experta en kimonos Laura Maraver si tenía a bien revisarlo y realizar las oportunas correcciones. Laura accedió a mi petición con la misma amabilidad con la que me atendió durante su conferencia en la Casa Asia. Por ello quiero expresarle toda mi gratitud y agradecimiento. Laura Maraver es licenciada en Bellas Artes y está especializada en indumentaria tradicional japonesa. Ha realizado diversos cursos en Japón sobre kitsukewasai (costura japonesa) y yuuzen (técnica aplicada para pintar mano un kimono de seda), entre otros. En la actualidad se dedica a la venta de ropa tradicional japonesa y realiza cursos sobre kitsuke y wasai, además de organizar exposiciones, conferencias y exhibiciones por todo el territorio español.

La indumentaria en términos generales y como sistema cultural, representa un indicador del rango, profesión, clase y estatus de quien lo viste y posee su propio código visual, que es comprendido por la comunidad a la que pertenece. En el caso del kimono su elección y accesorios quedan sujetos a unas normas, que reflejan el grado de formalidad, edad y estado civil. Su uso condiciona los movimientos y en consecuencia, la expresión no verbal. Su diseño crea una figura tubular que realza la silueta característica de la mujer japonesa,(1) adaptándose perfectamente al estilo de vida oriental y destacando en este ámbito. Como parte del lenguaje no verbal, el kimono siempre se cierra cruzando el lado izquierdo sobre el derecho porque hacerlo de forma contraria, solo está reservado a los difuntos.

Aunque a simple vista puede pasar inadvertido, no viste igual un kimono una geisha que una mujer casada, soltera o joven. Existen diferencias entre cada una de ellas y lo que es apropiado para unas mujeres, puede no serlo para las demás. Su correcta elección depende de lo que los japoneses denominan kata, la manera apropiada de hacer las cosas.(2) Es adecuado para las jóvenes vestir kimonos de colores vivos y largas mangas llamados furisode. A los treinta años o a partir del matrimonio, (3) la mujer dejará el furisode para pasar a vestir kimonos de mangas más cortas y colores más sobrios (4). Un claro ejemplo del uso de este tipo de kimono como expresión de un código visual y dentro de la comunidad de geishas, queda de manifiesto en el hecho de que antiguamente, una aprendiz de geisha vestía el furisode hasta que se había iniciado sexualmente. Se consideraba que alcanzaba la edad adulta después de su primera experiencia sexual, que tenía lugar entre los dieciséis y los diecinueve años.(5) De ese modo la manga corta indicaba que la mujer ya no era virgen. Desde 1958 (6) no se practica el mizuage, ceremonia de iniciación sexual en donde la joven perdía su virginidad, y las jóvenes usan manga corta cuando se convierten en geishas con independencia de que hayan o no tenido su primera experiencia sexual.(7) En consecuencia resultaría extraño e impensable ver a una geisha vistiendo un kimono furisode de colores llamativos y mangas largas hasta los tobillos.

Tres tipos distintos de atuendos además del color y diseño, marcan las diferentes estaciones del año. (8) El negro es por excelencia el color de etiqueta mientras que el blanco, se reserva a los difuntos y a las novias que el día de su boda, vestirán el característico kimono shiromuku. (9) Para la antropóloga Liza Dalby el uso del color blanco reservado exclusivamente para los difuntos y novias, guarda estrecha relación con el paso de un estadio a otro. Para el difunto significa abandonar su vida terrenal mientras que para la novia, marca el inicio de una nueva etapa como mujer casada. (10)

La joven aprendiz sentada a la izquierda viste un kimono formal llamado furisode, característico por sus largas mangas que llegan hasta los tobillos. Las mangas más cortas del kimono que vemos en la mujer de la derecha, indican que ha llegado a la edad adulta alcanzando el estatus de geisha. Viste también un kimono formal, con blasones y de color más sobrio que el de su compañera más joven. El color del cuello también marca la diferencia: blanco para la geisha, rojo para la aprendiz. Postal antigua
Las maiko Katsumi (izquierda) y Mameteru (derecha) interpretando Gion Kouta. (11)Ambas no han alcanzado aún el estatus de geisha y visten el furisode, kimono adecuado para jóvenes. Los colores son más vivos y con la incorporación de patrones decorativos más extensos y llamativos que los que luciría una geisha. La maiko se ajusta el obi justo bajo el pecho lo que le confiere un aire más infantil. Autor: Joi Ito. Fuente: Performing Gion Kouta. Imagen publicada bajo licencia Creative Commons Attribution 2.0 Generic. https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.en

Las geishas en la vanguardia del mundo de la moda

Las geishas poseen lo que los japoneses denominan iki, concepto difícil de traducir pero que tiene que ver con la elegancia, el estilo, con determinados ideales estéticos y con la inclusión de las artes en todos los aspectos de la vida. El iki vendría a representar el paradigma del ideal estético japonés y como puntualiza el autor A.C. Scott, no se puede crear deliberadamente sino que se trata de algo espontáneo. Este concepto se halla estrechamente vinculado con el cuidado de la apariencia personal y como consecuencia, en el vestir. Por ello no es de extrañar que las geishas hayan marcado tendencia en materia de moda. Algunos de los componentes que forman parte de los kimonos modernos, tienen su origen en mundo de la flor y el sauce.  

El Taiko un tipo de nudo utilizado para atar el obi o faja ancha a modo de cinturón, tiene su origen en 1823 durante la inauguración del puente Taikobashi en Tokio. Algunas de las geishas que acudieron al evento, causaron sensación por la forma en que se habían anudado el obi aunque en realidad, se trataba de una variación del nudo utilizado por los hombres para atarse el cinturón. (12) 

En el siglo XVII el colectivo de geishas de Fukagawa (Tokio) fue el primero en vestir el haori, una prenda parecida a una chaqueta y que era privativa de la indumentaria masculina. El uso del haori por parte de las geishas supuso un intento por reivindicar que sus artes, no eran exclusivamente de carácter sexual al tiempo que añadía un aire masculino, que recordaba a los actores kabuki  que interpretaban papeles femeninos.  (13) Las geishas de Fukagawa fueron precisamente famosas por su iki y dedicaron su arte a alcanzar este ideal estético. El haori que ellas introdujeron en la moda femenina causó tal sensación, que posteriormente fue adoptado por el resto de mujeres.

Otro elemento incorporado a los kimonos modernos y cuyo origen se halla en el mundo de las geishas es el obi Nagoya. Fue creado por una profesora durante los años 20 del siglo pasado (14) con la finalidad de poder vestir un complemento para una prenda relativamente cómoda, pero con el suficiente estilo como para ser llevada por la tarde antes de salir a trabajar con kimonos más formales. El Nagoya llegó a ser muy popular entre las geishas de Tokio (15) y actualmente es el tipo obi más usado en todos los kimonos excepto en los formales. (16) 

Las geishas y el lenguaje visual del kimono

Más allá de lo que resulta adecuado para cada mujer en relación a qué tipo de kimono elegir, las geishas se distinguen por su particular forma de vestirlo expresando así su pertenencia al mundo de la flor y el sauce. El kimono se rige por un código de etiqueta que expresa mediante el lenguaje visual, lo que es apropiado para cada ocasión y colectivo. Así un kimono adecuado para una joven burguesa colocado como lo haría una geisha, con su correspondiente obi y accesorios, parecería una mezcolanza extraña a los ojos de un entendido. En este sentido es muy ilustrativa la anécdota narrada por Liza Dalby. Durante su estancia en Kioto y al ser invitada a una fiesta formal de geishas, eligió un kimono prestado por una amiga suya, hija de un prestigioso doctor. El obi y los accesorios se lo proporcionaron las propias geishas que al mismo tiempo, fueron las encargadas de vestirla. Tras el evento acudió a un bar restaurante en donde el camarero, acostumbrado al mundo de la flor y el sauce y conocedor del lenguaje visual del kimono, no lograba encajar el estilo de la joven. Lo que había ocurrido es que a través de su indumentaria la antropóloga, estaba transmitiendo un mensaje incoherente que forzosamente debía llamar la atención de quien fuera conocedor de los códigos de etiqueta. (17)

Estas sutiles diferencias en relación a la colocación del kimono y que a simple vista pueden pasar desapercibidas para los no entendidos, otorgan a la geisha un mayor grado de sensualidad. La geisha viste un kimono más largo que una mujer casada y utiliza un obi mucho más ancho (18) que el resto de mujeres, lo cual le confiere mayor voluptuosidad. El nudo Taiko se lo ajusta mediante una pequeña y sutil inclinación. (19) En kimono interior también marca la diferencia: en la geisha, éste se hace visible por la parte anterior. (20) El borde posterior del cuello del kimono lo lleva más holgado dejando al descubierto una zona cargada de erotismo para la cultura japonesa: la nuca.(21) Recuperamos una vez más a Liza Dalby cuando reflexiona sobre la visión trasera de una geisha y la disposición de los clientes dentro de una estancia tradicional japonesa. El ushiro sugata, la visión de la espalda femenina, es reconocida por la cultura japonesa desde hace siglos.(22) En los banquetes tradicionales (ozashiki) las mesas se disponen paralelas a la pared de la estancia. Los comensales se sientan en cojines bajos en la parte externa (la más cercana a la pared) de manera que nadie se sienta frente a nadie y se deja un espacio libre en el centro de la estancia por el que circulan las geishas. Mientras lo hacen, dan la espalda a alguna de las filas de comensales dejado al descubierto la nuca, parte más erótica y la vista posterior de sus espectaculares kimonos y obi. (23) 

Vista posterior ushiro sugata. Una maiko (izquierda) y una geiko (24). Ésta lleva el obi anudado mediante el nudo taiko ligeramente inclinado. En la imagen se aprecia cómo se deja holgada la parte posterior del kimono, quedando al descubierto cuello y nacimiento de la espalda. Autor de la imagen: Joi Ito. https://www.flickr.com/people/joi/. https://www.flickr.com/photos/joi/2916308593/. Imagen publicada bajo licencia Creative Commons Attribution 2.0 Generic license.https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/deed.en
Antigua yujo o mujer de placer. Su aspecto difería sustancialmente del de las geishas que apostaron por diferenciarse de aquellas, adoptando un estilo más sobrio y elegante. Marcaba la diferencia la indumentaria, el maquillaje, el peinado y los ornamentos. La prostituta vestía kimonos de colores y decoración más llamativa y se abrochaba el obi delante, para mostrar su disponibilidad sexual mientras que la geisha, siempre lo hará detrás. La palabra geisha significa artista y como tal, reivindicaron su profesión, su arte, también a través de la indumentaria desmarcándose así del mundo de la prostitución. Como puntualizó una experta en kimonos actualmente ya nadie se abrocha el obi delante, costumbre que ha quedado definitivamente relegada al pasado. Postal antigua

Según A. C. Scott, hasta la Segunda Guerra Mundial ninguna geisha aparecía por la tarde vestida con un kimono que no fuera formal esto es, un kimono negro de cola con el dobladillo decorado y la incorporación de los correspondientes blasones. (25)La edad y la superficie decorada de la prenda guardan relación: cuanto más joven es la geisha, su kimono incluirá mayor extensión decorada arrancando ésta, desde el dobladillo hacia arriba. Esta regla aún sigue vigente.  A medida que la noche avanzaba y las recepciones formales y fiestas oficiales se iban relajando, era costumbre que se cambiara el kimono formal por otro más alegre decorado con colores más vivos. Este cambio era solicitado por la dueña de la casa de té donde trabajaba la geisha. Ahora bien como se ha mencionado más arriba, ninguna geisha acudía a su primera cita vestida con un kimono informal. Si se atrevía a hacerlo, era inmediatamente enviada a la oficina de registro. (26) En la actualidad las reglas no son tan estrictas y la geisha no vestirá un quimono ceremonial a menos que se lo pidan expresamente lo cual, repercutirá directamente en la factura del cliente. (27) Normalmente para trabajar elegirá un kimono regular de seda hasta los tobillos, de colores discretos y mangas hasta la cintura. (28)

Kimija, geiko del distrito de Miyagawacho (Kioto) vistiendo un tomesode o kimono formal caracterizado por la longitud de sus mangas que llegan hasta la cintura. El negro es por excelencia el color de la etiqueta que en este caso, destaca por la incorporación de motivos decorativos basados en las hojas de arce, flores de crisantemo y cañas de bambú. Autor: https://www.japanexperterna.se/. Imagen publicada bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported. https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/deed.en

Hasta aproximadamente alcanzar la edad de los treinta años, las geishas siguen vistiendo el kimono de cola para ocasiones especiales. Este cobra mayor espectacularidad en los interiores cuando caminan y arrastran la cola elegantemente sobre los tatami. Al salir al exterior se recogerá el dobladillo del kimono entre el dedo anular y pulgar, en un gesto característico de las maiko y geishas que es reconocido en la cultura tradicional japonesa. Cumplidos los treinta años vestirá kimonos cuya longitud alcanza hasta los tobillos y a medida que avanza en edad, su aspecto tomará un aire más sobrio y elegante luciendo colores como el veige, azul oscuro o gris. Se recogerá el pelo con un simple moño y usará un maquillaje más discreto. Esta concepción de sobriedad como sinónimo de buen gusto y elegancia, tiene su origen en el siglo XVIII cuando el gobierno japonés promulgó diversas leyes contra el lujo en el vestir a fin de controlar la extravagancia de la clase burguesa. Se abandonaron los patrones decorativos brillantes y los diseños estrafalarios eran considerados vulgares, mientras se favorecían los estilos más sobrios. Ganaron popularidad los ricos forros y la inclusión de patrones decorativos en la cara interna de las telas. El buen gusto se expresaba mediante la simplicidad y esta nueva concepción en la valoración estética, repercutió en la indumentaria tradicional.

La estacionalidad del kimono como reflejo de la naturaleza en la indumentaria tradicional

Como se destacó durante el transcurso de la conferencia Tradición y futuro del kimono: el kimono como arte y como vestido celebrada en la Casa Asia de Barcelona, el kimono es una prenda de fuerte carga simbólica que mantiene una conexión con la naturaleza, y una voluntad por transmitir algo que va más allá de los valores estéticos. Esta concepción se traduce en la estacionalidad del kimono: en función de la época del año, de la estación e incluso del mes, se viste un tipo de tejido y decoración diferente. Los japoneses tienen muy presente el cambio de estaciones que se ve reflejado también, el decorado de los kimonos. Esta estacionalidad se halla muy presente en el mundo de la flor y el sauce. Una geisha jamás vestirá un kimono que no esté en consonancia con la estación del año en curso. Así por ejemplo en invierno podrá lucir kimonos cuya decoración incluya la representación de pinos, sobre un color verde claro y el reverso de la prenda, color morado. En primavera cuando florece el cerezo, la sakura, los kimonos introducirán la flor del cerezo sobre un fondo blanco y granate en el reverso. Y en otoño, cuando las hojas del arce alcanzan su mayor esplendor tornándose de color rojo intenso, se incorporarán a las telas decoraciones basadas en las hojas del arce sobre un fondo bermellón, con el reverso verde gris. (29) Observando detenidamente un kimono podríamos llegar a saber el estado civil, franja de edad de quien lo viste, si está destinado a lucirse en un evento formal o informal e incluso, el mes del año en que nos encontramos. En ello radica la importancia del lenguaje visual del kimono que para la geisha, cobra mayor relevancia porque forma parte de su gei, de su arte. Aunque actualmente llevan un estilo de vida diferente al de sus antepasadas, estas mujeres siguen destacando por su elegancia, buen gusto y por el estricto mantenimiento de las normas de etiqueta. Los diferentes rituales y códigos continúan impregnando todos los aspectos de su vida y el lenguaje simbólico del kimono, es una parte esencial de los mismos. 

Este post está registrado bajo licencia Safe Creative Commons Attribution-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0) y ya había sido publicado en mi anterior blog el día 12 junio 2020

Enlaces de interés

Minna no Kimono: https://www.minnanokimono.com/

Casa Asia: https://www.casaasia.es/

Referencias

(1) DALBY, Liza. Geisha, Barcelona, MONDADORI, 2000, p. 278

(2) DOWNER, Lesley. Geisha. The secret history of a vanishing world, London, Headline Book Publishing, 2001, p. 284

(3) Dato facilitado por Laura Maraver, experta en kimono

(4) VILARÓ, Eugènia. Geisha. Los secretos del mundo flotante, Barcelona, Shinden Ediciones, 2006, p. 187

(5) DALBY, Liza. Geisha, op. cit., p. 289

(6) DOWNER, Lesley. Geisha. The secret history …, op.cit., p. 261

(7) Ibidem, p. 264

(8) DALBY, Liza. Geisha, op. cit., p. 290

(9) VILARÓ, Eugènia. Geisha. Los secretos…, op. cit., p. 188

(10)  DALBY, Liza. Kimono, London, Vintage, 1993, p. 191 

(11) Maiko literalmente bailarina. Aprendiz de geisha en Kioto

(12) DALBY, Liza. Kimono, op.cit., p. 342

(13) DOWNER, Lesley. Geisha. The secret history …, op.cit., p. 95

(14) No fue una costurera sino una profesora. Laura Maraver nos aclaró este dato

(15) DALBY, Liza. Kimono, op. cit., p. 211

(16) Ibidem, p. 343

(17) Ibidem, p. 337  

(18) Tanto las características sobre la anchura del obi como sobre la longitud del kimono, nos han sido facilitadas por Laura Maraver

(19) DALBY, Liza. Kimono, op.cit., p. 338 

(20) Ibidem, p. 338

(21) DALBY, Liza. Geisha, op.cit., p. 284 

(22)  DALBY, Liza. Kimono, op. cit., p. 341

(23) DALBY, Liza. Geisha, op.cit., p. 281 

(24) Geiko equivale a geisha en el dialecto de Kioto

(25) SCOTT, A.C. «Clothes do much upon the wit» en The Flower and the Willow World. The Story of the Geisha, United States of America, The Haddon Craftsmen, Inc., 1960, p. 100 -101

(26) Ibidem, p. 101

(27) DALBY, Liza. Kimono, op.cit., p. 338 

(28) DALBY, Liza. Geisha, op.cit., p. 275

(29)VILARÓ, Eugènia. Geisha. Los secretos…, op. cit., p. 186, DALBY, Liza. Kimono, op.cit., p. 294

BIBLIOGRAFÍA

AIHARA, Kyoko. Geisha. A living tradition, London, Carlton Books Limited, 2000

DALBY, Liza. Kimono, London, Vintage, 1993

DALBY, Liza. Geisha, Barcelona, MONDADORI, 2000

DOWNER, Lesley. Geisha. The secret history of a vanishing world, London, Headline Book Publishing, 2001

GALLAGHER, John. Geisha. A Unique World of Tradition, Elegance, and Art, London, PRC Publishing Ltd, 2003

IWASAKI, Mineko. Vida de una geisha, Barcelona, Ediciones B, S.A., 2002

KOMOMO. A Geisha´s Journey. My life as a Kyoto apprentice, Tokio, Kodansha International Ldt, 2008

SCOTT, A.C. «Clothes do much upon the wit» en The Flower and the Willow World. The Story of the Geisha, United States of America, The Haddon Craftsmen, Inc., 1960, p. 94 – 109

VILARÓ, Eugènia. Geisha. Los secretos del mundo flotante, Barcelona, Shinden Ediciones, 2006