La Torre de la Parada. La colección de Felipe IV

Desde inicios del siglo XVII y de forma progresiva, el gusto por el coleccionismo de pintura se fue consolidando en la corte española. El rey Felipe IV añadió unas tres mil pinturas a las mil quinientas que ya había en la colección real antes de su reinado, situándose a la cabeza de los principales coleccionistas de su siglo.

La colección del monarca refleja sus inquietudes estéticas y gusto personal, pone en evidencia una intencionalidad política a la vez que expresa una voluntad por exaltar la monarquía hispánica. No hay que olvidar el papel que jugó el conde-duque de Olivares favoreciendo la inclinación de Felipe IVl por las artes, a las que supo explotar para fines políticos. Olivares situó al monarca en el epicentro de una magnífica corte que había importado la tradición del mecenazgo sevillano en la época de su máximo esplendor. Uno de sus principales objetivos iba dirigido a competir con la nobleza en el ámbito del mecenazgo pero será finalmente el gusto personal del monarca, el que acabará por imponerse cimentando las bases del coleccionismo nobiliario.

Felipe IV repartió sus colecciones entre El Real Alcázar de Madrid, el palacio de El Buen Retiro (Salón de los Reinos), el Palacio Real de Aranjuez, La Torre de la Parada y San Lorenzo de El Escorial.

La Torre de la Parada fue un pavellón de caza construido ex novo en el Monte del Pardo. Para su decoración se encargaron alrededor de unos ciento setenta cuadros entre los cuales encontramos más de sesenta que incluyen temàtica mitológica realizados mayoritariamente por el taller de Rubens (1), más escenas de animales y caza de Frans Snyders y Pieter Snayers. Diego Velázquez también contribuyó aportando diversos retratos del rey, del infante don Fernando y del príncepe Baltasar Carlos así como imágenes de enanos y bufones de la corte, concretamente El niño de Vallecas y El bufón el primo. También aportó las obras Esopo, Menipo, Marte y la Tela Real (2). Como pendant para esta obra Martínez del Mazo realizó La cacería del tabladillo en Aranjuez . Todas estas obras que formaban parte de la decoración de este edificio construido de nueva planta, datan de entre 1636 y 1644. Una vez desmantelada la Torre a partir de 1714, las pinturas fueron trasladadas al Palacio Nuevo y muchas de ellas se copiaron para decorar estancias de El Real Alcázar de Madrid.

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Referencias

(1) Estas obras se conservan actualmente en el Museo del Prado, Madrid

(2) Actualmente en la National Gallery de Londres

BIBLIOGRAFÍA

BROWN, Jonathan. Velázquez pintor y cortesano. Madrid: Alianza Editorial, S.A., 2009. ISBN: 978-84-206-9031-5.

BROWN, Jonathan. El Triunfo de la Pintura. Sobre el coleccionismo cortesano en el siglo XVII, Madrid, Editorial Nerea, S.A., 1995

CHECA, Fernando; MORÁN, Miguel. El coleccionismo en España. De la cámara de las maravillas a la galería de pinturas, Madrid, Cátedra, 1985

MORÁN TURINA, Miguel; SÁNCHEZ QUEVEDO, Isabel. Velázquez. Catálogo completo, Madrid, Ediciones Akal, S.A., 1999